Para los ingleses el Nuevo Mundo comenzó a resultar atractivo porque ofrece algo que Inglaterra necesitaba tierras nuevas. Los mercaderes comienzan a prosperar al expandirse el comercio exterior. Los principios del mercantilismo sustentaron las políticas económicas y aumentó la competencia entre las naciones europeas. La meta era encontrar mercados para sus exportaciones y lugares donde obtener materia prima.
Cuando sube al trono la Reina Isabel I de Inglaterra comienza el auge económico inglés. Londres no sólo se convierte en la capital política y cultural sino en el centro económico y financiero del mundo. En 1566 se funda la bolsa de valores y en 1600 abrió la Compañía de las Indias Orientales. Sus astilleros de construcción navales y su puerto desplaza al de Bélgica.
El corsario inglés entre Francis Drake 1577 y 1580 ataca con éxito varios de los puertos bajo la bandera española en Suramérica. En 1588 el rey Felipe II envía su Armada Invencible para restaurar el catolicismo en Inglaterra y es derrotado por las fuerzas navales inglesas estableciendo la hegemonía por el control de los mares. Esta victoria mostró la debilidad de España y la soberanía religiosa y política de Inglaterra.
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